El balneario de Aguas Dulces, conocido por su encanto y tranquilidad, suma ahora un nuevo atractivo cultural.
En la tarde del pasado viernes, vecinos y turistas participaron en una actividad colaborativa para intervenir artísticamente la fachada del antiguo Almacén de Ramos Generales «Lo del Chato» San Martín, un icónico edificio de la avenida Cachimba y Faroles.
La obra, liderada por el artista Álvaro Errandonea, rinde homenaje a uno de los símbolos más representativos del lugar: los palafitos.
Un proyecto que busca unir y embellecer
La iniciativa surgió del colectivo local Frutos Nativos, con el propósito de recuperar un espacio deteriorado y aportar valor al entorno urbano. “La pared estaba horrible, grafiteada, sucia y abandonada. Era una mala imagen para el balneario,” comentó Errandonea. Frente a este escenario, el artista propuso un proyecto accesible y participativo: “Pensé en una pintura sencilla, un arte efímero que pudiéramos disfrutar al menos esta temporada. Decidimos trabajar con líneas blancas y negras sobre un fondo gris, algo que cualquiera pudiera hacer”.
La propuesta fue bien recibida por la comunidad, que se sumó de manera entusiasta a la actividad. El trabajo, que incluyó el diseño previo de Errandonea, se realizó durante una jornada en la que participaron personas de todas las edades y que continúa hoy sábado.
Una intervención de carácter colectivo
El carácter colaborativo fue clave para el éxito del mural. “Podría parecer generoso, pero la verdad es que es una necesidad. Pintar todo esto solo me llevaría una semana; en cambio, trabajando juntos, lo logramos en una noche”, explicó el artista.
El proceso comenzó con la proyección del diseño sobre la pared, una técnica novedosa para el colectivo. “Nunca habíamos hecho algo así, pero queríamos experimentar y que fuera algo accesible. La gente solo tenía que seguir las líneas, y el resultado fue impresionante”, destacó Errandonea.
La elección de los palafitos como tema central no fue casual. Estas estructuras, típicas de Aguas Dulces, representan la historia y la identidad del balneario. Su inclusión en el mural refuerza el sentido de pertenencia de la comunidad y resalta un elemento distintivo para quienes visitan la zona.
Arte efímero con impacto duradero
Aunque la pintura tiene un carácter temporal, el impacto de la intervención va más allá de lo estético. “Es una obra efímera, pero su valor radica en el proceso y en la participación colectiva. Esto no solo embellece el lugar, sino que también fortalece los lazos entre los habitantes y crea una experiencia compartida”, enfatizó el coordinador del proyecto.
El mural en 24 horas se ha convertido en un punto de atracción para visitantes, quienes se detienen a admirar y fotografiar el trabajo. Además, la experiencia ha dejado abierta la posibilidad de futuras intervenciones similares en otros puntos del balneario.
Una invitación a valorar el arte local
Con este proyecto, Aguas Dulces reafirma su compromiso con la cultura y el arte comunitario. La iniciativa demuestra que, incluso con recursos limitados, es posible transformar un espacio y crear algo significativo para la comunidad. Como concluyó Errandonea: “El arte tiene la capacidad de unir y de darle vida a lugares que parecían olvidados. Eso es lo que buscábamos, y lo logramos juntos”.
El mural de los palafitos se erige ahora como un testimonio del trabajo colectivo y como un recordatorio del potencial que tiene el arte para inspirar, conectar y embellecer. Un ejemplo a seguir para otros rincones del país.